En los cerca de 40 años de democracia, el año que acabamos de cerrar será recordado en Arganda como aquel en el que por primera vez, el regidor del municipio tuvo que dimitir por su implicación en un grave delito que ha contribuido a que el Ayuntamiento se encuentre en una situación económica sumamente grave con 100 millones de deuda.
2009 será recordado también por el modo en que el actual Alcalde alcanzó tal cargo gracias a un arreglo en el seno de su partido que dejó sin el derecho que la correspondía a una Concejala que poco antes había sido menospreciada reduciendo sus competencias en el Gobierno municipal.
2009 será recordado como el año en el que el buen nombre de Arganda se vió manchado por la relación de dirigentes del PP en el Gobierno con una red de corruptos que actuaban en su propio beneficio obteniendo regalos, dinero, joyas, viajes o coches de lujo a costa de esquilmar el dinero de los Ayuntamientos.
Y 2009 será recordado como el año de la parálisis institucional. Como el año en que las únicas inversiones se realizaron gracias al dinero que el Gobierno Central destinó a los municipios a través del Plan E.
Quedan menos de 17 meses para finalizar la legislatura y nos preguntamos no sólo por los proyectos de la Legislatura anterior que no se han acabado como el cubrimiento de la piscina de La Poveda o la Ciudad del Fútbol, sino por las promesas electorales del PP: ¿dónde está el centro comercial Versalia?, ¿dónde está el Palacio de la Cultura?, ¿dónde la Biblioteca Central?, ¿dónde el Centro de Asociaciones?, ¿dónde el Intercambiador de Transporte Público?, ¿dónde el Polideportivo del sur?...
